15 de agosto de 2017

La ciudad vacacional de Perlora

Perlora: lo que queda del paraíso obrero
La ciudad de vacaciones de Perlora, un símbolo degradado. Imagen tomada en 1954, poco después de finalizar las obras. (…). Saber más... El comercio.

La ciudad de vacaciones asturiana construida en 1954 lleva unos años semiabandonada. Fue un paraíso obrero y estival. La ciudad vacacional de Perlora, unas 20 hectáreas en el asturiano concejo de Carreño. fue construida en 1954 por el sindicato vertical franquista para que los “productores” de las principales empresas públicas (Hunosa, Ensidesa, Endesa...) disfrutasen en ella de sus mejores momentos de asueto a precios muy asequibles
En 1954 se levantó a orillas del Cantábrico, cerca de Gijón, una ciudad turística modélica. Fue en Perlora. Contaba con campo de fútbol, parques para niños, restaurantes comercios, acceso a las playas, diversiones y, sobre todo, chalets. Los veraneantes eran trabajadores. Por un módico precio podían pasar las mejores vacaciones de su vida. Autor: Carlos Salas (colaborador de idealista news). (…) Saber más... idealista.

El País.
En las viejas postales, saturadas de color, se ve la alegría de los trabajadores veraneantes, los carricoches, las boleras y los Seiscientos como una isla en medio del gris dictatorial: en esas fotos siempre hace sol. Fueron cerca de 300 chalets, de más de 30 tipos, construidos siguiendo las arquitecturas de moda o las tradicionales (algunos semejan hórreos), pero también instalaciones deportivas, restaurantes, parques infantiles y, cómo no, playas. La ciudad fue clausurada en 2006 y hoy los curiosos chalets de Perlora permanecen vacíos y silenciosos. “Pusimos todo nuestro esfuerzo en generar calidad en las vacaciones obreras”, dice César Quintanilla, que llegó desde Segovia a mediados de los setenta para trabajar de camarero y conserje, con solo 19 años, y pasó allí 34. 

14 de agosto de 2017

Un edificio emblemático en Gijón

La estación que parecía un hotel
1986. Vista aérea de la estación de Alsa en Gijón. RAMON GONZALEZ. La Nueva España.

El edificio racionalista proyectado por los arquitectos Del Busto, padre e hijo, fue inaugurado el 30 de diciembre de 1941 con una misa y un vino español

Estación de autobuses ALSA en Gijón. Obra de Manuel del Busto Delgado. Año 1939. La Nueva España.

La Nueva España
La estación de autobuses de Alsa (Automóviles Luarca SA) es un edificio emblemático en Gijón por al menos dos motivos. Porque es una obra magnífica de los arquitectos Manuel del Busto Delgado y su hijo Juan Manuel del Busto González, y porque se mantiene operativa desde que fue inaugurada en diciembre del año 1941. Es decir desde hace tres cuartos de siglo. Sabido es su deficiente estado actual, tras varias vicisitudes durante los últimos años. Por ejemplo el 12 de julio de 2002 una cornisa de hormigón que atravesaba la estación se desprendió provocando unos setenta heridos. La idea generalizada es que una estación de autobuses de nueva factura es necesaria en la ciudad. Hace ya una década que el Ayuntamiento de Gijón aprobó, cuando la nueva estación sea realidad, mantener como patrimonio arquitectónico notable la parte original de la estación que se conserva, es decir la esquina entre las calles Llanes y Magnus Blikstad; en el resto hacer una vía peatonal que una las calles Llanes y Ribadesella, y además construir un bloque de edificios en el resto de lo que hoy son los andenes. 

13 de agosto de 2017

Protesta contra las expectativas culturales de Mieres

Los "exiliados culturales" de Mieres
Casa de la Cultura Teodoro Cuesta. Biblioteca Pública Vital Aza en Mieres. (...). Saber más... WIKIPEDIA.

Un grupo de jóvenes cuestionó en los ochenta la falta de recursos y espacios para celebrar eventos en el municipio
Por la izquierda, Baristo Lorenzo, José Luis Argüelles, Justo Braga, Pedro Losa, Pablo Álvarez y Lisardo Menéndez, en una reunión. La Nueva España.

La Nueva España
Al contemplar ahora el momento actual del grupo de jóvenes que se declararon, en la segunda parte de la década de los ochenta, "exiliados culturales" de Mieres como señal de protesta contra la falta de medios e impulso oficial de las expectativas culturales de esta plaza, parece haber quedado atrás una etapa que, ahora mismo, pese a ciertas carencias y disponibilidad de espacios, es casi anecdótica. Y es que el tiempo va transformando formas de vida, medios disponibles, situaciones y hasta mentalidades. Por ejemplo, la inquietud de entonces ya no es la misma del momento que disfrutamos. Y a la huella de un testimonio gráfico nos atenemos. Debió de ser en la segunda parte de la década de los ochenta cuando el clarinazo de un hecho inédito e inesperado rompió la monotonía local dejando a más de uno con la boca abierta. Nada menos que un grupo de jóvenes, nativos de cuna y comprendidos entre los 25 y 30 años, salvo excepciones, se declaraba "exilados culturales" arremetiendo (en el buen sentido de la palabra) contra las estructuras de acción que entonces dominaba la panorámica local.

12 de agosto de 2017

El gallego Adolfo Carballo García deambulaba por Asturias a finales del siglo XIX

Adolfito, violinista y cantor
Ilustración gallega y asturiana. J.Cueva
El gallego Adolfo Carballo García, habitual de las romerías gijonesas a su paso por Asturias en su deambular de Galicia a Cantabria, se convirtió en toda una leyenda y ejemplo histórico de músico callejero
Adolfo Carballo García, 'Adolfito', en las fotografías que le tomó Baltasar Cue
En el periódico "La Voz de Villaviciosa" del 24 de noviembre de 1897 leemos que en la villa llamaba la atención la presencia de un forastero, y que los chiquillos se habían colocado a su alrededor "creyéndolo un Adolfito pero viendo que no llevaba violín juzgaron que era un sacamuelas, charlatán o vendedor de específicos". Nos detenemos en el hecho de llamar "Adolfito" a cualquier violinista.
Y es que Adolfo Carballo García, "Adolfito", se convirtió en una leyenda, en un sinónimo de músico callejero. Fue muy popular y se ganó la vida tocando en las calles de Gijón, Villaviciosa, Llanes y por toda la costa asturiana, gallega, y de Cantabria también. Él era gallego, nacido en Santiago de Compostela en el año 1841 y murió, en el asilo de ancianos de su ciudad natal en 1904. Vivió por tanto sesenta y tres años aunque las fotografías que de él se conservan, como las que el fotógrafo llanisco Baltasar Cue le hizo en su estudio, lo representan como más anciano.