18 de julio de 2017

Andrés Lerín, el guardameta con el que el Gijón consiguió el primer ascenso de su historia

Lerín, la gesta de un gigante
Andrés Lerín
El nueve de abril de 1944, la victoria ante el Betis en El Molinón hizo al Sporting ascender a Primera División por primera vez en su historia
El ansiado ascenso a Primera División del sporting por primera vez en su historia .http://asturmix.elcomercio.es
Andrés Lerín, el guardameta que defendía la portería del equipo rojiblanco, escondía tras de sí una triste historia: su compromiso político anterior a la Guerra Civil había marcado, y marcaría, su carrera futbolística. Fue de justicia que aquel glorioso domingo, nueve de abril del 44, El Molinón estallase en una ovación unánime cuando el balón, disparado por un oportuno cabezazo de Calleja después de haber sido sacado a córner por Armando, sobrepasó la red defendida por Bueno, el guardameta del Betis. Por varias razones: la primera, porque aquel día los béticos jugaron más que peor –por más que asegurasen que el Sporting tenía el viento a favor-; la segunda, porque los rojiblancos, que jugaban en casa, fueron muy superiores y, la tercera y principal, porque aquel tanto estaba por otorgar al Sporting el ansiado ascenso a Primera División por primera vez en su historia.

17 de julio de 2017

El fatídico veintiocho de mayo de 1978 en Gijón

Siete vidas bajo el mar
Lucio Torrente el día del fatídico accidente
De todos los años que le quedaron por vivir (y murió hace diez), Lucio Torrente no olvidaría la tarde del domingo veintiocho de mayo de 1978

Aquel día, quizás por vez primera, acarició un cuerpo inerte y, con sus propios brazos, modelados a fuerza de batirse contra el mar, lo devolvió a la vida. Y eso que Torrente, a la sazón jefe de Salvamento de la playa de San Lorenzo, había acabado su turno una hora antes de que el Cantábrico decidiera tragarse a más de una decena de críos que, a escasos metros de la orilla, braceaban sin saber nadar. Ocurrió, como suelen hacerlo las desgracias, sin previo aviso, sin algaradas que advirtieran a los paseantes de lo que pasaba. A las cinco de la tarde de aquel día, Gijón entero se desperezaba de la siesta sin darse cuenta de que lo hacía vestido de luto.

16 de julio de 2017

Una parte de nuestra historia que se desmorona

La ruina de la casa de José Maldonado en Tineo

José Maldonado González. Nació en la villa de Tineo el 12 de Noviembre de 1900. Leer más en: https://www.tineo.es/personajes-ilustres/-/asset_publisher/3e050ac34bcc/content/municipio-historia-personajes-ilustres-jose-maldonado-gonzalez?inheritRedirect=false

Las tradiciones, las costumbres, conforman las señas de identidad de un pueblo. Las gentes le dan esa entidad que marca las diferencias, siempre más exiguas de lo que se piensa

La casa de Maldonado, en Tineo. https://www.lne.es/servicios/multimedia/imagenes.jsp?pRef=2017030600_118_2068223__Occidente-Opinion-parte-nuestra-historia-desmorona

La transformación del paisaje, la humanización del entorno, da también unas pautas que contribuyen a la comprensión de las formas de vida de una determinada zona. Otra de las referencias que permiten hacer una lectura del pasado -y del presente- es la arquitectura. El trazado urbano, lo público y lo privado, los edificios, nos dicen mucho. El paso del tiempo, la nula planificación, el desdén público y privado por conservar nuestro patrimonio arquitectónico -sí, es de todos- nos ha llevado a una homogeneización de nuestro entorno urbano, e incluyo el rural. Los gustos urbanos han empobrecido la estética de nuestros pueblos. Donde antes existía variedad, adaptación al medio, ahora impera la uniformidad y en muchos casos el mal gusto.

15 de julio de 2017

La ciénaga de Oviedo

El mercado creció en la laguna
El mercado del Fontan, fundamentalmente de frutas, que se celebraba delante del Palacio del Marqués de San Feliz en el llamado casco antiguo de Oviedo fue, durante mucho tiempo, uno de los emblemas o lugares representativos de la ciudad. (...). Saber más... Alonso Robisco.

La ciénaga que se encontraba en gran parte de la actual plaza de Daoíz y Velarde y el Fontán llegó a ser un notable foco de insalubridad denostado por los vecinos
Plaza de Daoíz y Velarde, con el palacio del Duque del Parque a la izquierda, donde estuvo la charca. M. G. C. La Nueva España.
La Nueva España.
El entorno del Fontán representa uno de los más bellos, emblemáticos y queridos de Oviedo. Pero no siempre fue así, hubo épocas en las que constituía un foco permanente de aguas putrefactas, acumuladas en una depresión del terreno de origen kárstico, provenientes de pequeños manantiales (el simbólico "cañu del Fontán" fue inaugurado en 1657), a las que se añadían las drenadas en una reducida cuenca hidrográfica existente al sur. Señala mi amigo Emilio Campos (firma con el seudónimo de Ernesto Conde), eminente conocedor de las crónicas referentes a Oviedo, que la hediondez del agua aumentó cuando se establecieron en la colindante calle del Fierro las primitivas carnicerías y se utilizaba la charca como un estercolero, arrojando en ella despojos y heces de las reses degolladas en el matadero situado en la calle homónima, hoy Marqués de Gastañaga. El degradado humedal ocupaba gran parte de la actual plaza de Daoíz y Velarde, y continuaba por la plaza del Fontán, estrechándose a la altura del Arco de los Zapatos hacia el norte hasta finalizar a la altura de la calle Rosal. El contorno de la poza era un lodazal bastante inhóspito que estaba cercado por una valla protectora para evitar el acceso del ganado.