Melquíades Álvarez advirtió del riesgo de que un partido monopolice
una idea
Melquíades Álvarez Álvarez, fundador del Partido Republicano Liberal Demócrata. (1864-1936) |
El conocido político
gijonés alertaba sobre las fuerzas bolcheviques y fascistas en un discurso en
defensa de la Constitución
Mitín de Melquíades Álvarez |
El pasado siempre llama a la puerta para que no estemos ni
sordos, ni ciegos ante el presente que nos ha tocado vivir. Por ello hay que
aclarar un concepto fundamental: los partidos radicales de izquierdas no pueden
monopolizar el republicanismo, ya que no es patrimonio de ellos, sino de todas
las personas (sean conservadoras, liberales o progresistas), que creen en la
República como forma ideal de Estado.
Un buen ejemplo de ello es el político gijonés Melquíades
Álvarez, fundador del Partido Republicano Liberal Demócrata y quien llegó a ser
presidente del Congreso de los Diputados, quien durante un debate de la
Constitución defendió la idea de que ésta no fuera "el reflejo de un
partido político (que siempre sería mezquino y deleznable), sino,
sencillamente, el reflejo de un criterio más amplio, mirando al porvenir y a la
evolución total de la vida", recordando que ese tipo de constituciones,
como la Constitución de 1876, "han disfrutado de una vida precaria porque
no reflejaban el criterio de la vida nacional, sino el criterio del partido
vencedor".
El kiosco de Pachín de Melás, en la plaza del Seis de Agosto |
Siempre hay que aprender de la historia, a fin de no volver
a equivocarnos con los populismos. Politólogos de la llamada "generación
del recambio" que analizan en profundidad la historia de Podemos -en un
libro recientemente publicado por Pentalfa Ediciones- los califican de
socialfascistas.
Incendiado el kiosco de Pachín de Melás. Al gran poeta
asturiano Emilio Robles Muñiz, "Pachín de Melás" -quien salvó el
osario de Jovellanos, tras el incendio de la iglesia de San Pedro, y lo
trasladado a la Escuela de Industrias, donde daba clases en sus talleres-, le
incendiaron el kiosco que tenía. Sus familiares contaron que, con la entrada en
Gijón de las tropas sublevadas, el kiosco de la familia Robles fue quemado por
un grupo de falangistas, ya que los kioscos estorbaban. Cuando su hija Pilar se
asomó a la ventana vio junto al kiosco de su padre a un hombre vestido con un
traje oscuro, por lo que bajó corriendo y no le dio tiempo a nada más. Sostenía
en su mano una botella encendida que coló rápidamente al interior del kiosco a
través del cristal que antes había roto. El puesto ardió y comprendió que,
desde ese momento, su vida iba a cambiar irremediablemente. Meses después, el
escritor fue encarcelado sin saber por qué en la prisión de El Coto y allí
murió vestido con una camisa blanca con su mano derecha sobre su corazón de
izquierdas.
Emilio Robles, más conocido por Pachín de Melás (1877-1938) |
Sin embargo, el republicano Juan Ramón Pérez Las Clotas (un
gran experto en todo lo referente a la Guerra Civil y cuya biblioteca, de más
de cuatro mil volúmenes, fue cedida gratuitamente a la Universidad de Oviedo y
se encuentra en el campus universitario gijonés, ya que nadie en el Ayuntamiento
se interesó por ella) rectificó esa versión. En su réplica publicada en LA
NUEVA ESPAÑA aseveró que: "En un artículo titulado 'Fanatismo laico',
Félix Población atribuye a los falangistas el incendio que en el verano del
treinta y seis destruyó el kiosco de Pachín de Melás, situado frente a la Casa
de Correos. Mal pudiera haber sido así, dado que el vandálico suceso ocurrió en
un Gijón gobernado por el Frente Popular y sus autores lo fueron una partida de
mozalbetes cuyas edades los hacían más aptos para pegar tiros en El Escamplero
que para zanganear por Corrida. Idéntico final que el de Pachín de Melás lo
tendrían otros cinco o seis kioscos del centro que le conferían a la ciudad una
cierta y grata fisonomía. ¿Rechazo a un concepto urbanístico tachado de
burgués? ¿Mero afán destructivo? En cualquier caso, mayúscula estupidez. Como
lo sería igualmente el incendio del pabellón del Club de Regatas y los
balnearios 'Las Carolinas' y 'La Favorita', aunque en estos casos con
nocturnidad y alevosía".
Club de Regatas de Gijón |
Grandes pérdidas culturales en el incendio del Ateneo
Obrero. La Gloria estaba muy cerca del Ateneo Obrero, su última sede estuvo en
el número 7 de la calle de Ezcurdia, gracias a una suscripción popular de
noventa y cinco mil pesetas, de las cuales cincuenta mil fueron remitidas por
el mecenas Magnus Blikstad desde su residencia en Lysaker (Noruega), en una
manzana, al lado del muro de San Lorenzo, popularmente conocida como las casas
de Veronda. El edificio de cuatro plantas fue proyectado por el gran arquitecto
Mariano Marín Magallón, con decoración art-decó y mobiliario racionalista.
Nicanor Piñole ( 1878-1978) |
La prohibición de los nombres que no estuviesen en
castellano. Todo se españolizaba por la imposición de que desapareciesen los
nombres extranjeros de los rótulos callejeros de todos los establecimientos
comerciales. Así, por ejemplo, el Parque Japonés pasó a llamarse Parque Gijonés,
y el prestigioso bar Richmond de la calle Corrida fue rebautizado como Café
Alcázar. Fue entonces también, claro, cuando el Real Sporting perdió su
histórica denominación inglesa para pasar a llamarse Real Gijón, a secas.
Postal de Gijón nº 44, Calle Corrida, el Gran Café Oriental |
Más les valía reír que llorar.
Pompoff, Thedy y Emig es el nombre artístico del grupo de payasos españoles cuyos nombres artísticos corresponden respectivamente José María (1886-1970), Teodoro (1885-1974) y Emilio Aragón Foureaux (1881-1946). https://es.wikipedia.org |
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